Tras el trágico incidente del submarino Titán, que resultó en la pérdida de cinco valientes exploradores en las profundidades del Atlántico Norte, OceanGate ha emergido de las sombras con una visión aún más ambiciosa. A pesar de las críticas y el escepticismo, la compañía ha anunciado su intención de establecer una colonia humana en el planeta Venus para el año 2050.
¿Por qué Venus y no Marte?
Guillermo Söhnlein, cofundador de OceanGate, ha compartido su perspectiva en una reciente entrevista, argumentando que colonizar Venus es más factible que establecer una base en Marte.
Desde los albores de la exploración espacial, Venus ha sido un objetivo de interés. Con más de 40 misiones espaciales dirigidas hacia este vecino planetario, la primera de las cuales fue la Mariner 2 de la NASA en 1962, hemos intentado desentrañar sus misterios. Estas misiones revelaron que Venus es un auténtico «invernadero desbocado», una revelación que cambió nuestra percepción del planeta
A pesar de que tanto la NASA como SpaceX tienen sus ojos puestos en el planeta rojo, Söhnlein cree que la atmósfera de Venus, aunque inhóspita, ofrece oportunidades únicas. En lugar de intentar aterrizar en la superficie abrasadora del planeta, la visión de OceanGate se centra en establecer una colonia en la atmósfera venusina, específicamente a unos 48 km sobre la superficie.
Los desafíos de la colonización venusina
Las condiciones en Venus son, en pocas palabras, brutales. Imagina un calor sofocante combinado con una presión atmosférica 90 veces mayor que la de la Tierra. Estas condiciones extremas han hecho que ninguna misión haya durado más de dos horas en su superficie. De hecho, la sonda Venera 13 de la Unión Soviética ostenta el récord desde 1981. Y si eso no fuera suficiente, Venus alberga miles de volcanes, con muchos de ellos aún activos. Como señaló Belen Ou, ingeniera mecánica de la Universidad Northeastern: «Es básicamente como lo que imagino que sería el infierno«.
Aunque Venus comparte similitudes con la Tierra en términos de tamaño, densidad y gravedad, las condiciones en el planeta son extremadamente hostiles. Las temperaturas en la superficie pueden alcanzar los 462°C, y su atmósfera está compuesta por gases tóxicos y corrosivos.
Sin embargo, Söhnlein y su equipo creen que es posible establecer una estación espacial en una región específica de la atmósfera donde las condiciones son más benignas. Esta «zona dulce» ofrece temperaturas más moderadas (entre 0° y 50°C), una gravedad similar a la terrestre (0,9 G) y cierta protección contra la radiación.
Por otro lado, la NASA tampoco renuncia a Venus. Están planificando la misión DAVINCI para 2031, con la esperanza de obtener valiosos minutos de datos de la superficie. Sin embargo, incluso la agencia espacial tiene sus reservas sobre un aterrizaje prolongado en Venus.
La visión de OceanGate y las críticas
El proyecto, denominado Humans2Venus, ha generado tanto entusiasmo como escepticismo en la comunidad científica y espacial. Mientras algunos ven en esta propuesta un paso audaz hacia el futuro de la exploración espacial, otros cuestionan la viabilidad del proyecto, especialmente dada la historia reciente de OceanGate.
Las críticas se centran en los desafíos técnicos y logísticos, así como en las preocupaciones éticas de enviar humanos a un entorno tan peligroso.
Las críticas no los detienen
A pesar de los desafíos y las críticas, OceanGate sigue adelante con su visión de colonizar Venus. Söhnlein, en sus declaraciones, ha enfatizado la importancia de explorar todas las posibilidades para asegurar el futuro de la humanidad en el espacio.