Hoy, desde Silicon Valley, el gigante tecnológico Google ha anunciado el lanzamiento de Google Bard en los Estados Unidos y en varios otros países como un «experimento». A pesar de las emocionantes posibilidades que la inteligencia artificial generativa puede ofrecer, como hemos visto por ejemplo en el avance en la creación de imágenes con IA, este nuevo proyecto ha encontrado un obstáculo importante en su camino hacia Europa.
Como no, la privacidad en el punto de mira
La Comisión de Protección de Datos de Irlanda ha expresado preocupaciones serias acerca de las implicaciones para la privacidad del usuario que conlleva Google Bard. Esta herramienta IA, si bien promete ser revolucionaria, ha levantado banderas rojas en Europa sobre cómo se manejará la privacidad de los datos de los usuarios.
Al parecer, Google no habría proporcionado suficiente información a los reguladores (al menos no toda la que ellos requieren) sobre cómo se protegerá la privacidad de los europeos al usar Google Bard. Como resultado, la implementación de esta herramienta en la UE está momentáneamente en pausa indefinida.
Google Bard y la regulación de la UE
Este no es el fin de Google Bard en Europa, sino un retraso temporal. Google deberá trabajar junto con los reguladores europeos para garantizar que su nueva herramienta cumpla con el RGPD y las leyes de privacidad centradas en la UE.
Un portavoz de Google ha comentado: “Dijimos en mayo que queríamos que Bard estuviera más extendida, incluso en la Unión Europea, y que lo haríamos de manera responsable, después de comprometernos con expertos, reguladores y legisladores. Como parte de ese proceso, hemos estado hablando con los reguladores de privacidad para abordar sus preguntas y escuchar sus opiniones«.
El futuro de Google Bard
Si Google puede garantizar la privacidad de los datos de los usuarios, se espera que Google Bard sea lanzado en la UE en un futuro cercano. Sin embargo, un fracaso en este aspecto podría causar grandes dificultades a Google en su carrera para dominar el mercado de la IA, especialmente contra competidores como Open AI con su herramienta ChatGPT y Bing Chat de Microsoft.
Con su implementación en pausa, Google Bard nos muestra una vez más la importancia que ya empiezan a dar a la privacidad y su regulación en la era de la inteligencia artificial.